Me levanto temprano con la mayoría de peregrinos y hago algunas fotos. La luz de amanecer en aquel lugar tiene algo mágico que no creo que las fotos puedan transmitir correctamente, pero al menos dan una idea.
Cuando se han ido todos Pedro me invita a desayunar. Hoy no pensaba ir muy lejos, así que acepto. Hablamos animadamente y me pregunta si quiero quedarme un día más. Dudo pero al final acepto con la condición de que me deje ayudarle con las tareas del albergue. Así que empezamos a arreglar los dormitorios y luego me da una lista para comprar cosas en Astorga. Cojo la bici con una alforja vacía y me voy… Hay que ver que diferencia supone no llevar peso.
Vuelvo bastante cargado con la compra y al cabo de un rato empiezan a llegar huespedes italianos, americanos, australianos, hungaros y dos hermanos españoles…
El día pasa rápido con la gente que es más sociable. Por la noche voy con Pedro y una chica italiana, Moira, a cenar a Casa Flor, el mismo sitio de siempre para mí en Murias. Esta vez va a ser un menú de peregrino normal para mi.
Después estoy hablando un buen rato con Moira quien parece muy interesada en los viajes en bici. Le explico lo que he ido haciendo en mi viaje y le enseño algunas fotos. Más tarde le doy la url de este blog para que pueda seguirlo
caminoapedales 