Día 17 Santiago-Muxía

Dejo el albergue Acuario, poco antes de las 9 de la mañana. Voy hacia el centro de Santiago, donde desayuno y luego me dirijo a la catedral. Allí veo las indicaciones de la oficina del peregrino donde me encuentro una cola, para conseguir la Compostela. Hago cola pacientemente bastante rato. Me encuentro con el grupo de ciclistas italianos que conocí en Villafranca de Oca. Nos abrazamos y felicitamos mutuamente.

Veo que es posible que hagan un certificado de distancia y cuando llega mi turno una chica me pregunta cuantos kilometros llevo recorridos desde Sabadell, justo la noche anterior había hecho el cálculo con el odómetro del cuentakilometros de la bici y me salieron 128okms, vueltas por ciudades, equívocos y pérdidas incluidos y esto es lo que me pusieron en elcertificado. También compré un bonito cilindro para llevarlo sin que se estropease.

Salí sobre las 12 y decidí emprender la marcha hacia la costa, en principio quería hacer una aproximación a Fisterra. Cruzo Santiago con auda del gps y cojo la carretera hacia el noroeste que tenía prevista… Todo hacia arriba, voy subiendo con calma, he salido con poca agua y por los pueblos por los que pasa no se ve ni un alma ni ninguna fuente. Paro en un bar y tomo una cocacola y relleno un bidón de agua. Sigo, bajada a Portomouro, compra en supermercado y de nuevo en ruta ahora cuesta arriba. Llego a un desvio que tenía que coger a la izquierda metiéndome en carreteras más secundarias, el siguiente desvío no lo veo tan claro y sigo hasta A Baña.

Por el gps veo que desde allí sale una vía que llega hasta cerca de Corneira, al principio agradable y más o menos llano, pero acaba convirtiendose en un subidón en el que tengo que poner plato pequeño y piñón grande, luego bajada hasta carretera bastante grande AC-441. Por indicaciones veo que Muxía queda más cerca  que Fisterra, los pueblos por los que paso son bastante inhóspitos y considero la idea de llegar directamente a Muxía. El tiempo va empeorando, primero se cubre el cielo de nubes, luego empieza una lluvia fina que empapa, tengo que poner las cubiertas impermeables a alforjas y mochila, estoy empezando a agobiarme tanto por el entorno de pueblos grises, el mal tiempo, el terreno que es un continuo sube y baja interrumpido por algún puerto, la moral empieza a resentirse y cuento los kilometros que quedan hasta Muxía.

Paso Berdoias que parece un pueblo más con cara y ojos y creo que de aquí a Muxía en la costa la carretera debe descender… sí y no, la tendencia es bajar, pero con algún buen repecho de sorpresa, el último a menos de 4 kms de Muxía, sigo bajando entre la lluvia y el viento pero ya animado por la proximidad de Muxía, por fin llego al pueblo por una carretera que pasa al lado de su playa, contento de llegar, empapado y con frio, doy una vuelta por el pueblo por no quedarme en el primer albergue que he ehcontrado en la entrada. Doy con el «Bela Muxía» también de bicigrinos. Nada más llegar me atienden Ángel y Celia, muy atentos y dispuesto a que me encontrase como en su casa. Es un albergue privado de los de 12€ pero para mé es casi de lujo por las comodidades que tiene, pongo una lavadora con bastante ropa que se seca bien en la zona de lavandería cubierta que tienen, cocina grande comoda, zona de sofás, taquillas extragrandes donde puedo poner todo mi equipaje, duchas amplias y cómodas, wifi… Tiene todo lo que se puede pedir a un albergue. Les digo que seguramente me quedaré dos noches porque quiero ver el pueblo y descansar un poco de las penalidades del día que me han dejado bastante tocado.

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